Sigue en pie la ciudad.
Sólo pudiera decirte
que las piedras endurecen el silencio más hondo
y sin embargo
hay árboles aún cerca de casa,
un estruendo vegetal cuando los niños corren a la escuela
y sin embargo
hay árboles aún cerca de casa,
un estruendo vegetal cuando los niños corren a la escuela
y se disputan el dominio primero de las cosas.
Es cierto que no estás y que llegabas
como llega un abrazo y se reparte;
hablábamos de páramos sedientos,
de un mar desconocido
y entretanto
la tarde se nos iba de las manos
remontando catedrales,
Es cierto que no estás y que llegabas
como llega un abrazo y se reparte;
hablábamos de páramos sedientos,
de un mar desconocido
y entretanto
la tarde se nos iba de las manos
remontando catedrales,
amparaba su derrota más alta en el Teleno.
Allí
la palabra, la continua aparición de la sorpresa,
pero ¿dónde el límite capaz, hasta qué punto
nos supimos vertebrados de esperanza
si tan sólo la tierra nos acoge
cuando el cuerpo perfila su naufragio?
¿Dónde los amigos, aquel fuego
que apenas nos cabía en la estatura?
Es así
que la distancia tiene nombre
y toda la memoria me persigue
al borde de estas calles
Allí
la palabra, la continua aparición de la sorpresa,
pero ¿dónde el límite capaz, hasta qué punto
nos supimos vertebrados de esperanza
si tan sólo la tierra nos acoge
cuando el cuerpo perfila su naufragio?
¿Dónde los amigos, aquel fuego
que apenas nos cabía en la estatura?
Es así
que la distancia tiene nombre
y toda la memoria me persigue
al borde de estas calles
si pretendo hundirme en la verdad pacientemente,
si ocurre, de pronto,
si ocurre, de pronto,
que la ausencia nos ha hecho de raíz y añadidura.
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