JAC: te quiero mucho, muchísimo, no he dejado de quererte en 8 años, y no sé si para etiquetarlo como amor me falte un grado de valentía - o de cinismo, cuando sabes que no te amo y encima lo preguntas, para probarme... cuando sabes que me agarro a tus palabras solo para emerger del vacío inmenso que dejó su ausencia, cuando sabes que lo nuestro siempre ha sido un largo camino de desencuentros - o vivir contigo, pero es posible que estando cerca, este cariño se pueda volver el amor que esperas te de.
H: sí, ya sé que amar y querer no es lo mismo - dijiste muy a lo José José- mientras me inventaba respuestas a las preguntas sin sentido que se te ocurría hacerme esta noche de sábado rayando en domingo, preguntaste... estarías dispuesta entonces, a darte una nueva oportunidad conmigo?
JAC: sí, si la distancia no se interpusiera, si tuvieras más claro lo que quieres y más resueltos tus conflictos...
H: si te pago el boleto cuando tardas en venir?
JAC: de vacaciones o para siempre?
H: a vivir conmigo, a que vivamos lo que nunca vivimos...
JAC: (mientras me pregunto qué responder, concreta o implícitamente, honesta o ambiguamente, encontrándole tantos matices a la incertidumbre que me generan tus palabras, dudando entre callar, responder, buscándole inminentes fisuras a mi blasón estoico de abrir la boca, sólo cuando tengo como avalar mis palabras, y me digo, por qué no? por qué no ser ahora lo que no he sido antes? qué puedo perder que no haya perdido -contigo- en el camino?) te respondo que dos semanas...
H: piensas trabajar si estás conmigo?
JAC: eso significa que no quieres?
H: no, te quiero toda para mí, soy demasiado territorial, obviamente de dinero ni te preocupes...
JAC: bien algún negocio pondré o haré algo cuando no esté de viaje contigo... (quizá pueda dedicarme al arte, la filantropía o el gym-spa)...
H: te quiero, mucho, muchísimo, eres una necesidad, tu presencia es muy fuerte en mi vida...
Y mientras me deleito pensando en lo absurdo de hacer planes en una situación que no tiene salida, en el laberinto de tus anhelos, sabiendo bien que no podrá ser distinto que siempre, sabiendo que es en el desencuentro donde nos sentamos a platicar, planear, soñar, desfallecer de pasión, quizá porque sabemos, que en el encuentro podríamos perdernos irremediablemente...
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1 comentario:
Que miedo ....
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