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viernes, mayo 22, 2020

y sin embargo



Si, te escucho, te veo y sí, estoy orgullosa de ti, pero hay tanto que me duele que no puedo decirlo. ¿Te amo? Aún…

Nunca he sido “cheerleader”… no sé serlo y odiaría ser del tipo… sé que lo necesitas, tanto como todos los representantes de tu género, pero de verdad no puedo.
Me descubro extrañándote – a tu lado -  pero también sabiendo que no necesito tanto cariño como tú. Hay días que no sé qué darte, que no tengo nada para ti – ni para mí -, que no te comprendo y no me comprendes, que a veces creo puentes y tú, abismos… y cuando tu tiendes el puente yo miro hacia otro lado.
Qué difícil es esto de mirarte en otra persona, hacer espacio cuando a veces no lo hay para uno mismo, cerrar la boca cuando eres tu y no lo que yo quiero que seas.
A veces me duele, cuando veo la confusión en tus ojos, cuando no entiendes qué es todo lo que para mí haces mal, y yo que hablo un idioma extraño que tu nunca comprendes, prefiero dar la vuelta a mi interior y volverme hostil.
Y sigues siendo tú aquí, junto a mí, y es por ti, gracias a ti, que tengo la razón que me hace respirar a diario, sonreír, tener esperanza y querer ser mejor, o menos peor, sanar o por lo menos no dejar que las fracturas corran más adelante. 
¿Cuánto de todo el problema soy yo?, mucho, quizá todo, no sé estar con nadie imperfecto, qué triste por mí, cuando tienes tanto de bueno y cuando nadie podría ocupar la vacante.

Y sin embargo sigo aquí, eligiendo quedarme a diario, contigo, porque prefiero el infierno contigo, que el invierno sin ti…

jueves, febrero 08, 2018

hasta los 10 años

Cuando mi hijo nació, mi "primo" argentino me dijo que no volvería a escribir hasta que mi hijo tuviera 10 años, y me reí mucho... no pensé lo profético del asunto.
Si bien es cierto que no tiene 10, está a 5 días de cumplir 5 años, ni que decir cómo vuela el tiempo, cómo sientes que no es suficiente el que le das, que no es suficiente lo que haces, que podrias hacerlo mejor, pero no sabes cómo, que cada vez que me reta tengo que reconocer el ingenio pero guardarme la risa y con cara de enojo reprenderle.
Mi madre no ayuda mucho, creo que si no la abdujeron, mínimo alguien le cambió el chip, porque ha olvidado cómo me educó a mí, para maleducar por completo a mi hijo, para recibir mis comentarios con gracia y decirme que yo era así... o peor...
Y bueno... esta aventura llamada maternidad me ha sacado arrugas, canas, kilos de más, pero una inmensa, inamovible e insustituible plenitud que no pensaba que existía...
Doy gracias!

lunes, febrero 20, 2017

sueños

No puedo contarte cada noche en que sueño contigo
- ni cómo - 
mi conciencia no me lo permite... 
y así...
le couple by Alex4D

miércoles, enero 11, 2017

crianza efectiva

Resultado de imagen para crianza efectiva
http://cosas.com.ec/crianza-efectiva-el-poder-del-amor-y-los-limites/

Es muy difícil de por sí ser padre, para que encima alguien venga y te diga que no lo haces bien. Antes pensaba que si lo que hicieron mis padres funcionó (porque creo que funcionó, porque creo que no estoy loca, creo que hago bien la parte que me toca, creo que soy un ser humano que aporta en lugar de quitar, y etc.,etc., etc.), entonces si yo salí bien, por qué no hacer lo mismo para que mi hijo también "salga bien"... y entonces, te topas con que no se puede, con que todo lo que fuiste y eres, todo lo aprendido, lo creado, lo aceptado, se lo heredas genéticamente a tu hijo, y entonces ahora ese hijo está más revolucionado que tú a su edad y entonces lo que contigo funcionó, con él ya no funciona.
Y sucede que en el camino de quererlo hacer todo bien no siempre sale así, y sucede que sin darte cuenta quieres protegerlo tanto de este mundo lleno de mierda que no le permites crecer en ciertas áreas, sucede que quieres darle tanto amor que aveces ni sabes cómo hacerlo y sucede que él es tu completo reflejo, que su conducta grita a los cuatro vientos tus deficiencias y que toda su personalidad depende tanto de ti, que muchas veces sientes que te ahogas, quieres salir corriendo y tienes una cara eterna de "help"...
Es tanto lo que cada uno tiene que sanar, tanto que creemos resuelto y no es cierto, son tantos nuestros mecanismos de defensa, nuestras patologías, nuestras deficiencias... por fortuna existe la terapia!
Y así...

miércoles, noviembre 30, 2016

Tu más profunda piel - Julio Cortázar


  

Cada memoria enamorada guarda sus magdalenas y la mía -sábelo, allí donde estés- es el perfume del tabaco rubio que me devuelve a tu espigada noche, a la ráfaga de tu más profunda piel.
  No el tabaco que se aspira, el humo que tapiza las gargantas, sino esa vaga equívoca fragancia que deja la pipa, en los dedos y que en algún momento, en algún gesto inadvertido, asciende con su látigo de delicia para encabritar tu recuerdo, la sombra de tu espalda contra el blanco velamen de las sábanas.

No me mires desde la ausencia con esa gravedad un poco infantil que hacía de tu rostro una máscara de joven faraón nubio... Creo que siempre estuvo entendido que sólo nos daríamos el placer y las fiestas livianas del alcohol y las calles vacías de la medianoche.
De ti tengo más que eso, pero en el recuerdo me vuelves desnuda y volcada, nuestro planeta más preciso fue esa cama donde lentas, imperiosas geografías iban naciendo de nuestros viajes, de tanto desembarco amable o resistido de embajadas con cestos de frutas o agazapados flecheros, y cada pozo, cada río, cada colina y cada llano los hallamos en noches extenuantes, entre oscuros parlamentos de aliados o enemigos.

¡Oh viajera de ti misma, máquina de olvido! Y entonces me paso la mano por la cara con un gesto distraído y el perfume del tabaco en mis dedos te trae otra vez para arrancarme a este presente acostumbrado, te proyecta antílope en la pantalla de ese lecho donde vivimos las interminables rutas de un efímero encuentro.

Yo aprendía contigo lenguajes paralelos: el de esa geometría de tu cuerpo que me llenaba la boca y las manos de teoremas temblorosos, el de tu hablar diferente, tu lengua insular que tantas veces me confundía. Con el perfume del tabaco vuelve ahora un recuerdo preciso que lo abarca todo en un instante que es como un vórtice, sé que dijiste  "Me da pena", y yo no comprendí porque nada creía que pudiera apenarte en esa maraña de caricias que nos volvía ovillo blanco y negro, lenta danza en que el uno pesaba sobre el otro para luego dejarse invadir por la presión liviana de unos muslos, de unos brazos, rotando blandamente y desligándose hasta otra vez ovillarse y repetir las caída desde lo alto o lo hondo, jinete o potro arquero o gacela, hipogrifos afrontados, delfines en mitad del salto.
  
Entonces aprendí que la pena en tu boca era otro nombre del pudor y la vergüenza, y que no te decidías a mi nueva sed que ya tanto habías saciado, que me rechazabas suplicando con esa manera de esconder los ojos, de apoyar el mentón en la garganta para no dejarme en la boca más que el negro nido de tu pelo.

Dijiste "Me da pena, sabes", y volcada de espaldas me miraste con ojos y senos, con labios que trazaban una flor de lentos pétalos. Tuve que doblarte los brazos, murmurar un último deseo con el correr de las manos por las más dulces colinas, sintiendo como poco a poco cedías y te echabas de lado hasta rendir el sedoso muro de tu espalda donde un menudo omóplato tenía algo de ala de ángel mancillado.

Te daba pena, y de esa pena iba a nacer el perfume que ahora me devuelve a tu vergüenza antes de que otro acorde, el último, nos alzara en una misma estremecida réplica. Sé que cerré los ojos, que lamí la sal de tu piel, que descendí volcándote hasta sentir tus riñones como el estrechamiento de la jarra donde se apoyan las manos con el ritmo de la ofrenda; en algún momento llegué a perderme en el pasaje hurtado y prieto que se llegaba al goce de mis labios mientras desde tan allá, desde tu país de arriba y lejos, murmuraba tu pena una última defensa abandonada.
  
Con el perfume del tabaco rubio en los dedos asciende otra vez el balbuceo, el temblor de ese oscuro encuentro, sé que una boca buscó la oculta boca estremecida, el labio único ciñéndose a su miedo, el ardiente contorno rosa y bronce que te libraba a mi más extremo viaje. Y como ocurre siempre, no sentí en ese delirio lo que ahora me trae el recuerdo desde un vago aroma de tabaco, pero esa musgosa fragancia, esa canela de sombra hizo su camino secreto a partir del olvido necesario e instantáneo, indecible juego de la carne oculta a la conciencia lo que mueve las más densas, implacables máquinas del fuego.
No eras sabor ni olor, tu más escondido país se daba como imagen y contacto, y sólo hoy unos dedos casualmente manchados de tabaco me devuelven el instante en que me enderecé sobre ti para lentamente reclamar las llaves de pasaje, forzar el dulce trecho donde tu pena tejía las últimas defensas ahora que con la boca hundida en la almohada sollozabas una súplica de oscura aquiescencia, de derramado pelo.


Más tarde comprendiste y no hubo pena, me cediste la ciudad de tu más profunda piel desde tanto horizonte diferente, después de fabulosas máquinas de sitio y parlamentos y batallas. En esta vaga vainilla de tabaco que hoy me mancha los dedos se despierta la noche en que tuviste tu primera, tu última pena. Cierro los ojos y aspiro en el pasado ese perfume de tu carne más secreta, quisiera no abrirlos a este ahora donde leo y fumo y todavía creo estar viviendo.

*******

miércoles, agosto 10, 2016

disociación


Primer temor
Hace dos noches que tuve, al dormir, la peor pesadilla que una madre puede tener. Me encontraba en una alberca y de pronto me daba cuenta que no me había puesto bloqueador solar, estaba con un buen amigo y le decía, me checas a mi hijo un momento en lo que me pongo el protector? Entonces volteaba a buscar a mi hijo para decirle que se quedara un momento quieto y no lo encontraba. No podía ser, no tenía mas de 5 minutos que estaba junto a mí.


Segundo temor
Después de buscarlo tanto, vaciaron la piscina, para ver si no se había ahogado.... (cuando una piscina es cristalina, pero bueno, asi era el sueño).

Tercer temor
Salía a buscarlo a la calle, lloraba desesperada y me decía alguien: "yo vi un niño "werito" con unos policías, dijo que se llamaba Alberto y que no encontraba a sus papás y se lo llevaron...

Nunca lo encontré.

Mi sueño terminó conmigo, en total disociación...

¿Todos los padres tienen estos temores?

Image: Vacuous by Chryssalis - Deviantart.com

martes, julio 26, 2016

escribir


Quisiera echarle la culpa al Facebook/Twitter que ha hecho que tantos y tan buenos escritores que sigo, hayan decidido adaptar su universo de ideas a una cantidad necesaria de palabras, para que todo quepa, para que se lea rápido aunque no se entienda igual... pero creo que no es así, creo que la culpa es de cada uno, por lo menos mía, de haber usado el blog para vaciarme de lo que sentía, cuando tenía tiempo de entretenerme en el análisis de los sentimientos y acciones, propios y de externos, cuando buscaba pegar todos los pedacitos de mi en un ser coherente y en persecución de la felicidad completa.
No sé si a ti o a tí te pasó igual, creciste, cambiaste de humor, de ideología, de prioridades o como yo tuviste un hijo. Y no quiere decir que no tengamos nada que decir, tenemos tanto, que no sabemos a veces por donde comenzar o quizá pensamos que a nadie le sirve lo que podamos decir.
Pero los extraño tanto!, Me extraño a mí escribiendo aquí, a veces entro a leer aunque no escribo, y siento mucha nostalgia... ¿volverán algún día? ¿volveré yo de forma tan prolífica? quizá no... Un buen amigo, músico y escritor decía: "tengo una imagen que cuidar en el blog y a veces escribo aunque no sea lo que siento" y yo... no sé... no escribo sin sentir, algo, lo que sea, personal o de alguien más, pero que me produce esa necesidad de sacarlo, de llevarlo ante ustedes, pero creo que debo reconocer que soy más prolífica en medio del dolor, de la nostalgia, de la tristeza, anhelo insatisfecho o enojo... y ahora, hay tanta luz en mi vida que cuando pienso en escribir me miro desde los ojos de mi otra yo y me digo, bahhh!!!  eso sería ridículo!, 
Soy un juez muy rudo conmigo misma, quizá me pasa como cuando dejé de pintar... creía que nada de lo que hacía era tan bueno o tan exacto a lo que mi mente quería mostrar...
Me estará pasando igual?
No sé....

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