volver a empezar

Este fin de semana pude pasarme todo el domingo viendo películas... empecé con The Lincoln Lawyer, muy buena, y siempre es una delicia ver a Matthew ... pero aunque ésta fué buena, las que siguieron me hicieron pensar...
Más allá de la vida y Comer-Rezar-Amar...
me hicieron desear tener el dinero suficiente, o quizá el valor suficiente o tal vez la temeridad, para dejarlo todo de un día a otro y largarme allá... más allá de todo lo que es hoy en mi vida y que siento que no me da nada, que ya no me seduce nada... para tomarme un año sabático, confieso que iría casi a los mismos sitios Italia (cualquier mujer moriría felíz en este país), India no, porque India me deprime mucho, pero quizá Camboya y finalmente a Bali... claro, con el dinero para rentar esa casa tan maravillosa de la película... pero finalmente, eso no es lo importante, lo importante es el recorrido espiritual que uno debe hacer, aunque sea en tu misma situación geográfica...
La soledad he experimentado, es el mejor método de re-ingeniería, de preguntarse, tomarse tiempo para reponder, conocerse, explorar lo más recóndito del alma y encontrarse muchas veces con cosas que no nos gustan. He de decir que la soledad exiliada en este paraíso me hizo comprender mucho de mí, me hizo aprender quién soy y por qué hago lo que hago... pero me mostró cosas que aún no me he decido a enfrentar.
Es en ese camino tan empedrado donde muchos no quieren meterse, porque duele, porque es difícil, porque una vez que tienes la "película completa" ya no hay marcha atrás...

Y bien...  este fin de semana descubrí que tengo ganas de irme, que tengo ganas de volver a creer, que tengo ganas de recuperar mi capacidad de sorpresa perdida, tengo ganas de volver a sonreir con la mirada, tengo ganas de volver a amar, a desear con todos los sentidos, tengo ganas de olvidarme de todo y volver a empezar...